Sobre los vínculos amorosos posmodernos
Los terapeutas sistémicos ordenamos los sucesos esperables en la vida de una persona en un ciclo vital. Esto nos permite orientarnos con respecto a qué obstáculos puede estar atravesando un individuo o familia. Desde la terapia estratégica se plantean 6 etapas en el Ciclo Vital (de acuerdo a Haley): período de galanteo, matrimonio, nacimiento de hijos, dificultades matrimoniales del período intermedio, el destete de los padres, el retiro de la vida activa y la vejez. Si bien los nombres resultan extraños a nuestro lenguaje, se refieren a momentos de la vida por los que toda familia circula.
Cada período cuenta con obstáculos propios, que son en gran parte comunes a todas las personas que comparten una misma cultura. De esta forma, es esperable que una persona de determinada edad haya tenido ciertos logros o haya vivido ciertas experiencias en una cultura, mientras que en otra, serían impensadas para el mismo período del ciclo vital. Estas expectativas se modifican históricamente lo suficientemente rápido como para que en dos o tres generaciones, los problemas que atraviesa una joven de 20 años sean distintos a los que atravesó su madre o su abuela a la misma edad. Aun así, todas las culturas determinan algún período en la vida en la que esto es esperable, independientemente de la forma en la que se constituya la pareja, desde una decisión personal de cada miembro, a una imposición de las familias en un matrimonio arreglado.
En este sentido, la Terapia Sistémica Estratégica comprende la emergencia de síntomas producidos por la interrupción del desarrollo natural de este ciclo vital (Haley, 1980). Gran parte de la consulta psicoterapéutica está vinculada con obstáculos al momento de construir parejas. Durante la etapa que se extiende desde los 20 hasta 39 años, se espera que la persona logre elegir y desarrollar una carrera, constituir una pareja y considerar la posibilidad de ser padres. En este período, se puede enfrentar la probabilidad de un divorcio. Estas expectativas responden al estilo de vida que se lleva en principalmente occidente.
Lobster
La película narra la historia de David, de 40 años, quien vive en una sociedad que desarrolló una solución al problema de la soltería. Hombres y mujeres sin pareja pueden hospedarse en un hotel, en búsqueda de una relación para casarse. Se dispone de un tiempo máximo de 45 días para formar el vínculo. Las personas que cumplan con el período y no hayan logrado el objetivo, son convertidas en animales (a elección personal) y enviadas al bosque. Existen determinadas reglas que no pueden ser violadas, por ejemplo, no pueden ingresar objetos personales, sólo las parejas pueden acceder a determinados servicios, se prohíbe la masturbación, entre muchas otras. Todos los huéspedes deben someterse a una estimulación sexual, en donde se produce placer, prohibiendo llegar al orgasmo. Esto es utilizado como método para promover la motivación para la constitución de parejas.
Los encargados de administrar el hotel se encargan de realizar permanentes demostraciones, explicitando los beneficios de la vida en pareja, desde el valorar la vida compartida, hasta ridículas dramatizaciones en donde una persona soltera que está comiendo, se ahoga y muere; mientras que otra, en la misma situación, es salvada por su pareja. Ante conflictos en el matrimonio que está comenzando a constituirse, remarcan que una solución ante posibles problemas maritales es tener hijos.
Solitarios
Existen personas llamadas solitarios que logran escapar del hotel antes de ser convertidas y viven en un bosque en los alrededores del establecimiento. Los que allí se hospedan obtienen más días para cumplir con su objetivo, si cazan con dardos tranquilizantes a los solitarios, quienes luego serán convertidos en animales. Por cada uno que cace, suma un día más disponible para conseguir pareja. Esto produce permanentes enfrentamientos entre los solitarios y los huéspedes.
Los solitarios conviven en comunidad, manteniendo sus propias reglas, opuestas a las establecidas por el hotel. En este caso, construyen otras pautas de relación, prohibiendo el romance entre ellos. Respecto a este tema, Haley (1980) explica la etapa de galanteo en humanos y otros animales, y sus diferencias. Comenta que los animales que no logran establecer un territorio, vagan como animales periféricos. Tanto machos sin territorio, como hembras no escogidas, no consiguen pareja dispuesta para aparearse. En este punto, tanto los solitarios como los animales periféricos, dejan de tener protección. El autor explica que en los humanos: “los desechos son ofrecidos a las profesiones de ayuda: a ellos se aplican la caridad, la asistencia social, la psicología y la psiquiatría”.
La trama de la película exagera, llevando al límite y al ridículo, la presión social que sienten las personas solteras por no estar en pareja. Se exponen a la posibilidad de perder la humanidad, en pos de tener una última oportunidad para constituir una pareja. Esta presión surge de la expectativa social que pueden sentir quienes están cursando la etapa del ciclo en la que se espera que desarrollen conductas de galanteo eficaces que les permitan establecer una relación sentimental.
Ante la presión social por no conformar una pareja estable, es habitual la constitución de parejas disfuncionales, muchas veces motivadas únicamente por el hecho de no permanecer soltero/a. Cada vez resulta más frecuente la creación de nuevas pautas de relación, por fuera del modelo tradicional de pareja y familia.
El hotel en la sociedad
Al mismo tiempo que innumerables factores han hecho casi desaparecer las “cita a ciegas”, se han creado variedad de sitios de Internet o aplicaciones para celular destinadas a establecer contacto entre personas que tienen cierta afinidad. Los perfiles que allí se crean muestran los intereses y gustos que tiene la persona, con el fin de atraer la atención de otros. El uso masivo de las redes sociales también ha facilitado el contacto entre personas interesadas en conocer posibles futuras parejas.
Escape del hotel
Durante décadas, se ha fortalecido el modelo hetero-normativo de pareja y el modelo de familia nuclear, orientando sobre éstos la producción y el consumo. Sandra Sale (2016) explica los cambios estructurales que han sufrido las parejas y familias en Argentina en los últimos años. Uno de los más importantes ha sido la reducción del porcentaje de familias que se adaptan al modelo tradicional, el cual pasó del 67% al 37% en sólo 10 años. Esta tendencia indica que cada vez habrá menos familias nucleares, compuestas por padre, madre e hijo/s. En ciudad de Buenos Aires, más del 20% de los hogares son unipersonales. Además de aumentar la soltería, la institución matrimonial dejó de ser la gran reguladora de la vida en pareja. Muchas de ellas se constituyen sin pasar por el Registro Civil.
Como explica Sale, la segunda transición demográfica se caracterizó por un incremento en la soltería, retraso del matrimonio, postergación del primer hijo, expansión de las uniones consensuales, expansión de los nacimientos fuera del matrimonio, alza de rupturas matrimoniales y diversificación de las modalidades de estructuración familiar.
Las relaciones de género y las pautas reproductivas también se han visto modificadas por el incremento de la soltería. Se han producido cambios en las parejas con respecto a la sexualidad, las relaciones de poder, comunicación, roles, etc.
Cuestión de género
Puede percibirse, en nuestra cultura, una mayor presión social y representaciones estereotipadas y negativas hacia la mujer soltera, que hacia el hombre soltero. En mujeres, la representación social que se construye incluye la clasificación como “solteronas”, mujeres a las que “les pasó el tren”, se quedaron “vistiendo santos”, (entre otras muchas frases comunes); son mujeres que esconden alguna razón por la cual los hombres las han rechazado. La actitud de la sociedad hacia la soltería masculina suele estar asociada a un estado de disfrute para conocer y tener experiencias sexuales, afectivas o emocionales sin perder la libertad. Otro factor que se debe considerar es la edad del hombre soltero: en general, es sólo aceptable si es menor a 40 años.
El valor social y personal de las mujeres estuvo fuertemente asociado a un rol de cuidado y protección, para lo cual resulta necesaria la presencia de una pareja e hijos. La soltería en las mujeres de mediana edad se presenta de manera problemática en tanto el mito de la maternidad obligatoria, exige como parte identitaria de la mujer, la constitución de una pareja durante su período reproductivo para poder cumplir con su rol materno. Muchas de ellas reciben el mensaje implícito que señala su falla personal en la imposibilidad de constituir y el mantener una pareja .
Entonces, luego de los cuarenta años, la discusión deja de tener el género como factor decisivo. Levinson “crisis de los cuarenta” a la etapa en la que la persona reconsidera su situación laboral, marital y social. Independientemente del género, en estos años se analizan los logros y lo que aun falta. Es esperable la emergencia de un malestar significativo en este momento del ciclo vital.
Modernidad liquida
El filósofo y sociólogo polaco ZygmuntBauman ha desarrollado conceptualizaciones teóricas que fundamentan el surgimiento de una etapa nueva que sucede a la modernidad clásica. La llama modernidad líquida y la caracteriza por la fragilidad de los vínculos humanos, la primacía del individualismo, la fugacidad y la falta de solidez. El autor da cuenta en distintos trabajos, cómo la liquidez de las relaciones modifica la educación, el trabajo, el arte, el consumo, y las relaciones amorosas. En su obra, estas últimas son descriptas como superficiales, etéreas, frágiles, fluidas, transitorias, vulnerables, riesgosas y con fecha de vencimiento.
Si bien los tipos de familia y parejas podrán seguir sufriendo cambios, mientras persista el objetivo de sobrevivir como especie, los adultos tendrán que continuar a cargo de la socialización y el cuidado de los niños, esto sea bajo cualquier forma posible de familia.
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LIC. FEDERICO CARREÑO
Especialista en Psicología Clínica
M.N 69.864